This 2021 Nectar launches the Online Artists Support Program, a fully-funded online residency that aims to reach more artists and give support to their professionalization
WHAT INCLUDES?
- One month online program
-Weekly online curatorial studio visit and follow-up
-Curatorial text (aprox. 1 page)
- Assistance in artistic dissemination (open calls, fundings, grants, exhibitions, communication)
-Design of a portfolio-catalogue (4 to 8 pages)
- Communication and social networks promotion
- Technical and curatorial accompaniment
FULLY-FUNDED ONLINE RESIDENCY
WHEN?
September, October, November & December 2021
<One resident artist each month>
HOW TO APPLY?
Applicants must submit one PDF document (up to 10MB) including the following information by using the
online application form
-Motivation letter (up to 500words)
-Short bio/CV
-Artists statement
-Portfolio (Up to 10 images and up to 3 links to videos)
[Documents can be written either in English or Spanish]
DEADLINE APPLICATION: August 23rd 2021
*SELECTED RESIDENT ARTISTS*
Aya Eliav (October)
Ernest Concepcion (November)
Raimon Sibilo (December)
Jessica Moroni (January)
WHAT INCLUDES?
- One month online program
-Weekly online curatorial studio visit and follow-up
-Curatorial text (aprox. 1 page)
- Assistance in artistic dissemination (open calls, fundings, grants, exhibitions, communication)
-Design of a portfolio-catalogue (4 to 8 pages)
- Communication and social networks promotion
- Technical and curatorial accompaniment
FULLY-FUNDED ONLINE RESIDENCY
WHEN?
September, October, November & December 2021
<One resident artist each month>
HOW TO APPLY?
Applicants must submit one PDF document (up to 10MB) including the following information by using the
online application form
-Motivation letter (up to 500words)
-Short bio/CV
-Artists statement
-Portfolio (Up to 10 images and up to 3 links to videos)
[Documents can be written either in English or Spanish]
DEADLINE APPLICATION: August 23rd 2021
*SELECTED RESIDENT ARTISTS*
Aya Eliav (October)
Ernest Concepcion (November)
Raimon Sibilo (December)
Jessica Moroni (January)
AYA ELIAV
October 2021 Catálogo DOMESTIC ETHNOGRAPHY (ES)
-Versión Digital -
TEXTO CURATORIAL
Domestic Ethnography Crear y criar: la búsqueda de identidad La búsqueda de la identidad ha sido siempre una necesidad básica del ser humano, necesitamos de alguna manera responder a las preguntas que Gauguin se hizo antes de morir, y puso como título en uno de sus cuadros más famosos: ¿De dónde venimos? ¿Quiénes somos? ¿Adónde vamos? Para responder a estas preguntas tenemos que analizar el contexto en el que vivimos, la sociedad, la cultura, la época, nuestras relaciones con los demás. En la construcción de nuestra identidad interceden, por un lado, el colectivo: individuo-grupo-sociedad, y por otro, nuestra propia historia, como afirma Giddens en su libro “Modernidad e identidad del yo”[1]: la biografía del individuo es la que determina la construcción de su identidad. En este contexto, en los trabajos de Aya Eliav hay una búsqueda constante, partiendo de su experiencia personal y a través de un lenguaje expresivo representado en sus pinturas, de su identidad personal, entendida como una postura frente a la realidad que vive desde lo cotidiano, lo social y lo ético. Una realidad marcada por su maternidad y por su constelación familiar multicultural, compuesta por su pareja, su hija y su pájara Nina y que aborda en su serie de pinturas Domestic Ethnography: Worried Woman With a Bird y en sus vídeos The Day You Arrived to Buenos Aires (“El día que llegaste a Buenos Aires”, 2012), vídeo realizado junto con su pareja Iván Marino, y Boi Ima (“Ven mama”, 2020). En ellos, Eliav relata y analiza de forma subjetiva su rol de mujer, madre y artista a través de un proceso reflexivo, creativo, de investigación y terapéutico que transmite a modo de diario personal, abordando temas como los estereotipos impuestos por la sociedad, las luchas de género o el mundo superficial en las redes sociales. En Domestic Ethnography, Aya Eliav representa, partiendo de fotografías familiares, escenas domesticas de su núcleo familiar aparentemente serenas, apacibles, pero que con el uso de colores primarios fuertes y el trazado repetido de líneas y contornos oscuros se convierten en secuencias inquietas e inconclusas de su mundo interior y estado mental, marcadas por los sentimientos contrapuestos que suponen ser mujer, artista, madre e inmigrante en los tiempos actuales, y por un proceso constante de re-definición de su “yo” desde un espacio tanto íntimo como colectivo. Un espacio íntimo en el que también está muy presente su pájara, la cual Eliav representa de manera cercana y retrata frecuentemente en sus pinturas, y con la que a veces se identifica con ella, como en Self Portrait as an African Bird (2021), u otras puede actuar como espejo de sus sentimientos, como Mala Nina (2020) o Nina’s portrait with a mirror (2019), ¿podría ser la pájara su alter ego?. De esta mirada de afuera adentro y de adentro afuera habla el título de la serie, el cual remite a una perspectiva etnográfica del mundo doméstico: de los comportamientos sociales y de las identidades colectivas a la casa, el hogar (el espacio íntimo) y la identidad personal. Lo doméstico ha sido fuente de inspiración y de ensayo en el arte desde Vermeer hasta nuestros días. La casa, como decía Baudrillard, es el albergue de nuestros recuerdos. Pero no solo eso, sino que también es el espacio íntimo y privado donde cada individuo encuentra la esencia de lo más profundo y transcendental de su ser. Los seres humanos somos seres interiores; y al igual que el cuerpo funciona como contenedor del alma, el ser humano necesita de un lugar donde protegerse, cubrirse, al que poder regresar y llamar hogar. En las obras de Aya Eliav encontramos siempre un interés por esta mirada de adentro afuera y viceversa, por la identidad grupal y la identidad personal y las relaciones entre ellas, como por ejemplo vemos también en su serie de pinturas Refugios. En esta serie, Eliav se inspira en los refugios de guerra de su país natal, Israel, estructuras que, en su infancia, se encontraban en los espacios públicos y que, por un lado, representan lo seguro, lo protegido, pero que, por otro lado, remiten a lo oscuro y misterioso. La artista explora aquí las estructuras que tejen la identidad de un barrio, una ciudad o un país, y en su caso, de su país natal, indagando los límites de esta “doble” cara en el marco de una identidad cultural, su identidad cultural. Eliav también aborda una mirada auto-etnográfica en su video Boi Ima, un video monocanal que representa para ella un contenedor de emociones en el que muestra el lado más visceral, desnudo e íntimo de su vida familiar, su relación con su pareja y su faceta de madre. A partir de herramientas de uso cotidiano como la cámara del móvil o grabaciones por Skype, la artista recoge fragmentos de momentos familiares enlazando de manera subjetiva su mirada íntima en un entorno doméstico con su experiencia humana, social y cultural, explorando la interacción entre el “yo” personal y lo social[2], como la antropóloga Deborah Reed-Danahay explica en diferentes trabajos sobre este género de etnografía. Aya Eliav, artista visual multidisciplinaria, utiliza el arte como una herramienta de auto-conocimiento y de expresión e investiga desde su “yo” personal la relación entre el arte y la maternidad y entre la identidad individual y la cultural, impulsados por una ética que busca el equilibrio entre la verdad y la ficción, la crianza y la creación, el sacrificio y la rebelión. Olga Sureda, 2021 [1] Anthony Giddens, Modernity and Self–Identity: Self and Society in the Late Modern Age (1991). [2] Deborah Reed-Danahay, Auto/ethnography: Rewriting the Self and the Social (1997) JESSICA MORONI
January 2022
TEXTO CURATORIAL
Flores de Plutón Las flores de Plutón o la absoluta necesidad de mimar la Naturaleza En épocas de crisis, donde uno navega en tiempos de incertidumbre, la creación artística suele dar respuesta tanto a crisis vitales personales como colectivas. Son épocas que reflejan un cambio, un final y un nuevo empezar, una destrucción que da paso a una transformación y regeneración de uno mismo pero también de una colectividad, al igual que ocurre en la naturaleza y en sus ciclos, o en la astrología. El ser humano es naturaleza y arte. Su ser es la naturaleza y su “humano” es el arte, un arte que presenta, que representa, que simboliza, que convierte el ritual cotidiano del vivir en la naturaleza en un mito, pero que con arte o sin él también puede, en ocasiones, ser salvaje, destructiva, incontrolable e indómita. Si las personas podemos influir en la Naturaleza en bien o en mal y recibimos de ella no solo sus beneficios sino la propia vida, también, en ocasiones, la Naturaleza se rebela ante el ser humano, como se rebela paradójicamente la propia sociedad, pudiendo erosionar o condicionar el futuro de los más débiles, de las generaciones más expuestas, el de aquellas que aún no han podido acceder o construir su castillo, por muy de paja o de cristal que sea. Jessica Moroni pertenece a esa generación, la cual ha vivido sucesivas crisis económicas y de valores, para la que el orden social es algo ambiguo; una generación que, por su condición precaria, transita en una constante incertidumbre y que busca una transformación global empezando por la personal. Hoy día, fruto de la desconexión de los procesos naturales de nuestros cuerpos y nuestro entorno ambiental y de la preocupación por la conservación de la naturaleza ante el grave problema que se presenta con su permanente deterioro, surge una conciencia colectiva representada por una serie de artistas que buscan habitar más pacíficamente la Tierra, no de manera estática sino dinámica, reconectándose con lo sagrado de la naturaleza y del medio ambiente natural. En Flores de Plutón, Moroni quiere pactar con la tierra, pero no la tierra de la Tierra, sino la tierra de Plutón, un planeta diminuto, gélido y lejano, históricamente joven que debe su nombre a Hades, el dios de los infiernos, pero que los romanos lo asociaron al Dis Pater, un dios agrario, positivo, dador de toda clase de riquezas, físicas, materiales o simbólicas, como la riqueza física, alusiva y estética de las flores. Un dios jánico que en la astrología simboliza el poder espiritual y transpersonal, la regeneración y transformación tras la destrucción. La artista, que se mueve en una sociedad cada vez más hundida en los infiernos del antiguo Hades maléfico en el que a los seres que en ellos habitaban se les negaba la vuelta a la tierra fértil, una sociedad de cemento, asfalto y plástico, en Flores de Plutón reivindica al planeta-símbolo Plutón, señor de las riquezas inagotables de la Tierra. Jessica Moroni busca, con sus obras, con sus pequeños relatos que narran la historia de esa generación en crisis - la suya y la nuestra- con sus dibujos y piezas escultóricas de grandes dimensiones que a la vista devienen frágiles e inquietantes en sus formas e intensas en su cromatismo, la re-conexión con la naturaleza. Su acercamiento y coexistencia con ella son fuente de inspiración para la artista y es así cómo, a través de un proceso íntimo en el que explora y observa las propiedades de la materia residual, sea orgánica o no, como algo vivo que puede ser reciclado, surgen estas esculturas flotantes cuya materia Moroni recolecta, manipula, se apropia y repara y las cuales están en continua transformación, muriendo y renaciendo, mutándose y regenerándose. Formas blandas y orgánicas que se traspasan a un plano bidimensional con sus dibujos, fruto de su proceso creativo e interés en la morfología de organismos que comparten color, contenido y forma. Jessica Moroni dialoga e interactúa con la Tierra, pero también con el Cosmos y el Microcosmos. Más que interesarle la quietud o el silencio de la absoluta realidad física y metafísica, son sus procesos, sus transformaciones, sus movimientos y sus interacciones lo que trabaja. Como por ejemplo los ciclos o flujos, sean lunares o menstruales, que dan vida real o simbólica a la vida y a su obra, inspirándose a la vez en formas que son símbolo de fertilidad, como el útero, también denominado matriz. La artista pone en paralelo el hecho de que la Naturaleza, por esencia, nutre, cuida y acoge al ser humano con el hecho de que la mujer- la madre- al mismo ser igualmente le da cobijo, lo alimenta y lo protege. Y ello la lleva al encuentro entre feminismo y ecologismo, y, consecuentemente, a las teorías eco-feministas, que redefinen quiénes somos como humanos a partir del análisis de cómo nos determinan los roles de género y cuáles deben ser nuestra relación con la Naturaleza en el siglo de cambio climático y la crisis ecológica. Con ello Moroni no solo reflexiona sobre la absoluta necesidad de mimar la Naturaleza o de poner su granito de arena, por muy pequeño que sea; sino sobre la manera de convertir a través del arte la Naturaleza continuamente agredida en una Naturaleza amada por el ser humano. En Flores de Plutón, Jessica Moroni crea un lugar cósmico, sin tabúes, un lugar que habla de una generación en crisis, de lo sagrado, de la fertilidad, de lo sexual, de los ciclos, de los cambios, de la transformación personal y global. Moroni plantea nuevos caminos de transformación que nos invitan a re-conectar con la Naturaleza, la Tierra y su Cosmos desde la empatía y la conciencia con la voluntad de despertar una reflexión colectiva. Olga Sureda 2022 |
ERNEST CONCEPCION
November 2021 Catalogue SOURCE CODE (EN)
- Digital version -
CURATORIAL TEXT Source Code Mutating conflicts and the Abstract Invasion In a new series of works, Concepcion looks back and returns to his origins, to the most primitive form of The Line Wars (2002-ongoing), a continually growing series for over the past twenty years composed of endless black and white drawings. Two forces oppose one another, from childhood machinations, consisting of video games and comic culture and now deeper into this “cellular” level, where the artist zooms in, finding chaos and abstraction, facing his own internal conflict. Source Code represents the continuous evolution of Ernest Concepcion’s practice, delving into the source of his artistic process, infinitely testing and challenging himself, and navigating between conflicts by ultimately learning to unlearn his own processes. Ernest’s works evolve as conflicts change, mutate, and reawake. Conflicts on all levels – internal and external, work and play – criticizing art history, its practicalities, and theories. Indeed, they are, directly or indirectly, inherent in the creation of an Obra Maestra. His works are roughly influenced by Dutch-American abstract expressionist artist De Kooning, a painter that puts onto the canvas everyone’s desire, frustration, conflict, pleasure and pain -as seen in his painting Woman V (1953), whose impact comes from the apparent conflict between the violence of the brush strokes and the subject of woman, between the slashing strokes and her big smile. Or Paul Klee’s abstract paintings featuring weapon-related imagery and directly related to the outbreak of the First World War and its impact on his life. Paintings that seek to express the oppression, fear, menace, and destruction wartime populations endured on a mass scale within a global conflict. In these paintings, as in many other works in the history of art, the scenes are rendered, and the mood and tone set by each artist are distinct. How and why do artists represent conflict? The answer depends on the social, political, and historical contexts consumed by the artist. According to Concepcion, conflict is the catalyst for everything: conflict within himself or between the materials and the media he uses. Through his struggle, he is alive – immovable with a blunt focus on his artistic processes. In The Line Wars, Concepcion creates a narrative by drawing these battles in a spontaneous precision although in a figurative manner, using only a single type of pen with black ink on simple paper - drawings that are now molding into more free and wider brush-strokes, melting into each other, as part of his artistic and personal evolution towards the abstraction, the “unknown”. Ernest Concepcion steps out from the figurative to the abstract in order to liberate himself and his works from the horror vacui of his drawings (a signature over the last twenty years of practice), as the artist states. To achieve that, his practice and its process evolve along with the flow of ideas onto the canvas. Consisting of eight black-and-white (with some color) canvases, in Source Code Concepcion explores new materials - such as tar - and the mixture between them, giving the paintings a wide range of tonalities and layers and giving other qualities and effects to the works, creating a visual “conflict”. In his studio, Ernest observes the works, gives them space, zooms out and creates a dialogue with them, just by stepping away, letting the works speak by themselves. He puts his inner conflict into ideas, converting the story into an inconspicuous one, deconstructing worlds enveloped by lines, embracing the white space and letting the viewers create their own story. Source Code, defined as 'the fundamental component of a computer program that is created by a programmer´, is also sometimes referred to as the ‘before’ and ‘after’ version of a compiled computer program. This is also a constant with Ernest Concepcion’s artistic practice when moving from figurative to abstract realities, opening new doors and leaving others wide-open. "Every now and then one paints a picture that seems to have opened a door and serves as a stepping stone to other things.” That's how I feel about unlearning - as a stepping stone to new possibilities”. Pablo Picasso Olga Sureda 2021 RAIMON SIBILO
December 2021 |